"Se sienten coño"

Tan solo recuerdo dos cosas de un día como hoy hace 30 años. La primera: por la tarde estaba sentado enfrente de la vieja TV en blanco y negro cuando vivíamos en el 5º piso donde no había ascensor. Estaba disfrutando mis dibujos animados (creo que ponían la "Casa de la Pradera") cuando de repente se cortó la emisión. La segunda cosa es el temor de mi madre porque un hermano suyo estaba realizando el servicio militar, la famosa "mili" y si se desataba una guerra iba a tener problemas. Después, no recuerdo nada más. Tenía 4 años recién cumplidos en aquel momento.

Han pasado 30 años y aún quedan muchas ingógnitas por resolver de lo que pasó aquel día. Seguramente muchas no se despejarán nunca y un análisis de lo que pudo ocurrir escapa al objetivo de este blog y no es nuestra intención llevarlo a cabo.

30 años depués hemos cambiado mucho y ahora, desde los -24º que hace en el exterior, es bonito recordar lo que pasó aquel día. Lo más importante, no olvidar jamás lo que ocurrió y transmitir a las generaciones futuras lo que ocurrió. Afortunadamente esos señores con pistolas hicieron un ridículo espantoso.

La época de la oscuridad había terminado y la luz comenzaba a asomarse en el horizonte.

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Transporte publico

Hace ya casi un año y medio que emprendimos esta aventura en los paises nórdicos y hace ya casi un año y medio que somos usuarios del transporte público. Muchas son las anécdotas que nos han ocurrido y que posiblemente nos ocurrirán, pero es de justicia el compartir con los miles de lectores y seguidores de este blog algunas de ellas. Aquí están:

- Es costumbre de los lugareños de estas tierras el viajar en el transporte público como si estuvieran en su casa. Prueba de ello es el encontrarse con algun@s sentados en el tren o metro o autobús y quitarse sus accesorios que les sirven para no estropearse los pies cuando andad, vamos, los zapatos de toda la vida. Sin embargo, aquí entra en juego el respeto a los demás y no es agradable el estar viajando en tren contemplando los calcetines de tu compañero de viaje cuando no soportando los hedores que proceden de sus pies. No es agradable, no estás en tu casa coño.

- Sería igualmente de agradecer que cuando uno viaja no tuviera que escuchar la música del compañero de viaje entre otras cosas porque el elevado volumen de algunos reproductores de música facilitan que el resto de pasajeros en un área próxima al susodicho o susodicha puedan escuchar perfectamente lo que éste escucha. Supongo que es un problema que experimentan muchos usuarios del transporte público.

- Los retrasos muchas veces suponen un problema, en especial cuando estás esperando un tren y tienes que soportar temperaturas inferiores a -10 grados. Y encima el resto de pasajeros parecen disfrutar con el retraso, pues la inmensa mayoría no dan signos de indignación. Parece que piensan: "que le vamos a hacer, seguro que ha pasado algo y nos tenemos que aguantar". Jeje, pues no señor, como usuarios tenemos derecho a protestar si el producto que usamos no satisface nuestras necesidades porque, entre otras cosas, para eso pagamos, y no es barato precisamente.

Bueno queridos seguidores, pues estas son algunas de las anécdotas del transporte público. Esperamos recoger otras muchas más.

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La tecnología en casa

Supongo que a muchos de los que seguis este blog este post os sonará familiar e incluso os parezca un poco estúpido el escribir sobre esto. En cambio, para nosotros no lo es. Me explico: este fin de semana hemos instalado en casa nuestra propia red wifi, vamos, el internet sin cables para los no iniciados. Lo que parecía algo extremandamente difícil se ha convertido en una cosa superfácil y ya estamos funcionando con nuestra propia wifi. Hasta hemos conectado por wifi nuestro propio reproductor multimedia y compartimos los archivos que tenemos en nuestro ordenador si necesidad de usar cables. Archivos, hay que decirlo todo, que incluyen películas, fotos y música. Por mal que les pese a los de la ley "Sinde". Si señor, películas que hemos adquirido a través de la red. Ale, hay queda eso. Y también contenido que hemos pasado a formato digital por nuestra propia cuenta. A lo mejor tenemos que pagar a la SGAE por pasar a mp3 nuestros CD's, jejeje. En fin, no entremos en este tema porque podríamos hablar largo y tendido sobre esto, jejeje.

Al mismo tiempo este fin de semana lo estamos dedicando a descansar en casa y a relajarnos, que buena falta nos hacía después de una semana cargadita de trabajo. Tiempos duros en los que al trabajo nos espera, pero no nos quejamos, al contrario, nos sentimos afortunados por tener trabajo e ilusionados con lo que hacemos. Mucho trabajo y algunos viajes que incluyen Copenhague, Minsk, Ciudad Rodrigo y Santander, Hamilton (Canadá). Algunos por placer, otros por trabajo y otros por las dos cosas. En cuanto a nuestro viaje a Canadá, jeje, más adelante dedicaremos un post especial a este tema, pero se parecen a sus amigos los yankees. Para empezar, si queréis viajar a Canadá que sepáis que se trata de un privilegio, no de un derecho, tal y como pone el gobierno de Canadá en su guía para sacar el visado. Visado que por cierto no tenemos que sacar al ser ciudadanos de un país que está exento de visado.

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