El sábado pasado llegamos al aeropuerto de vuelta de las vacaciones de semana santa. Han sido unos días muy movidos, con muchos viajes, muchas visitas, muchos cafés y charlas con amigos y familiares. Uno de los momentos entrañables fue la cena que tuvimos con la familia en la localidad de Saldaña. Fue una ocasión para compartir unas horas con esas personas a las que hacía años no veíamos y es curioso el comprobar como apenas han cambiado las caras de las personas, aunque si que se ha incrementado el número de familiares con los hijos de los primos y demás. Fue un momento muy entrañable y disfrutamos mucho. Esperamos que pronto podamos volver a juntarnos de nuevo. Desde aquí agradecer a los que pudieron acudir a la cita. No os podéis imaginar lo importante que era para nosotros.
Por otro lado tuvimos también ocasión de encontrarnos con los amigos. Sin embargo los días fueron escasos y no pudimos tener un momento que compartir con todos los que queríamos. A los que no pudimos visitaros, desde aquí os pedimos disculpas y esperamos que en el siguiente viaje podamos disfrutar de vuestra compañía.
Al final, los días se quedaron cortos y, a pesar del estrés acumulado, pudimos disfrutar. Y como no, pudimos pasar unos días en la bella ciudad de Santander que, cada vez con más fuerza, la estamos empezando a considerar como nuestra y empezamos a sentirnos hijos adoptivos. Gracias a todos por vuestra hospitalidad una vez más y más gracias aún por la comida de Esles.
Seguiremos informando ...
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