En nuestro último post hablábamos de la ciudad de Trondheim, en Noruega. En aquel momento no teníamos ni la menor idea de lo que nos iba a deparar la semana siguiente a la publicación de ese post. Vayamos por partes.
En primer lugar, a la hora de emprender nuestro regreso a casa, justo una hora antes de coger un avión en el aeropuerto de Östersund, nos vimos obligados a posponer ese vuelo. Una tremenda intoxicación provocó un ingreso de urgencias y un susto enorme. En esos momentos, es cuando uno tiene que usar todos los recursos de los que dispone porque te encuentras solo y necesitas resolver la situación de manera urgente. Afortunadamente el personal del aeropuerto de Östersund nos atendió de manera estupenda. El susto pasó y al día siguiente regresamos a casa sin mayores complicaciones. Atrás quedaba un viaje estupendo que terminó con un susto enorme por intoxicación.
En segundo lugar, a mediados de semana recibimos la visita de un amigo de esos de los de toda la vida acompañado por su mujer. Nos regalaron su compañía durante tres días y ya les estamos echando de menos. En estos días, las reflexiones nos llevan a pensar que una amistad de más de 25 años es más que una amistad. Tuvimos tiempo para reirnos de las viejas anécdotas y crear otras nuevas a las que se unen nuestras respectivas parejas de forma que el grupo crece. En estos días también recordamos a otro par de amigos de más de 25 años que esperemos volver a ver pronto. Fueron unos días muy especiales y os agradecemos vuestro regalo.
Y de nuevo al trabajo. Mucho trabajo en los próximos meses y algunos viajes. Pero como siempre,
Seguiremos informando ...
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